17 de septiembre de 2006

Ya estás aquí.


Me alegra haberte encontrado, después de tanto tiempo... Aunque, como dijo Einstein, "el tiempo no existe", porque ya, a vista de pájaro, ese tiempo que parecía que no pasaba, se ha convertido en nada, al verte de nuevo.

Se pararon los sueños, las princesas dejaron de hablar y los caballos verdes se escondieron entre las sombras. No añoro tiempos mejores, cuando los mejores son siempre los que estoy viviendo. La vida me parece preciosa y muy legal. Y aunque me dijiste cosas feas que no eran ciertas, quizás porque a veces soñamos que tenemos los ojos abiertos en la más absoluta ceguera, dejé a parte ese paquete, esperando tu vuelta, ya despierta... ya con los ojos mirando a los míos. No he tenido más cosas en cuenta durante todo este tiempo que ese cariño que te tengo. Así te he esperado y así, con las manos llenas de eso, te encuentro... por eso te digo que es tuyo y mío... que es nuestro.

Bienvenida tú, con tu caballo verde... porque así como tú eres es como yo quiero que estés.

Cogiendo algas marinas para ir a tono... sumergible.

1 comentario:

LinceMiope dijo...

Principessa!!
Cómo que se pararon los sueños? Eso es casi como morir. Los sueños no se paran nunca.
Una vez más, siento lo de las cosas feas. La mejor opción habría sido desadmitirte y no decirlas, pero ya sabes que soy demasiado idiota para hacer eso.
El caballo verde ha estado un poco vago, pero ahora vuelve a decir que no le da pereza:)
Me alegro mucho de haberte encontrado.
Gracias, sumergible.