26 de marzo de 2009

Profecía.

Es un presagio darse cuenta ahora de eso que va a pasar mañana. Puede una servidora cerrar los ojos ante la evidencia, pero aún está por conseguir que el sentimiento se diluya, desaparezca o, sencillamente, no la inmute. Mañana puede ser incierto, igual hasta poco importante. Pero la que suscribe, mira a los ojos. Qué será eso de lo que hablo. Del alma que vibra hoy.
Y ahí fuera, pragmática, tan apropiada y funcional como diestra, tan resolutiva. Entender para concluir. Perfecta combinación. Como una matemática. Como el alfarero que descrifra el comportamiento del barro en las manos. Parece incompatible pero se combina todo dentro de ese alma infantil, que todavía y a pesar el 4 de ese contador humano, sigue llena de preguntas existenciales y de porqués. El hoy es exquisito en esencia. Quiero vivirlo todo.
Y ahora el tiempo apremia. Y tiene que ser un tiempo más de respuestas. Me pongo a escribir por hablarme y en silencio y por grabar la callada voz que escucho y plantarla aquí fuera... tú la oyes como yo...Pues atiende, que el tiempo apremia. No se marche de vacío. Y cada segundo quiero que sea mío (y que sea nuestro) y en ese espacio sentirlo todo. Será porción a porción, pero pleno. No nos perdamos nada.
Como soy profeta, sé lo que digo. Sé mirar frente a frente al resplandor. Soy ese alma que traspasa muros buscando luz. Me gusta todo esto así como es. No me lo pierdo. De los inventos humanos, ya me enteraré mañana. Hoy me estoy profetizando.
Fin de grabación.
Sumergible.

14 de marzo de 2009

Colateral.

Se ha colapsado.
Una colmena de sentimientos
un conflicto sin reanimación posible.
Recuerda, soñabas.

Suspendida en el aire, con mi aliento.


Mientras acunabas TU VIDA imaginando,

asomaba tu sonrisa.
Baja que ahora el viento no mece,
los sueños son lágrimas,
NO RIES
baja, las mariposas chocan sin colores,
el columpio es una horca

ese destello una hoguera,


nuestro abrazo humo.
congela la sangre, para todo,
para.
Se ha colapsado.

13 de marzo de 2009

Afilar.


En aquellos tiempos en los que yo era niña, los señores que afilaban cuchillos y tijeras, pasaban a la grupa de una moto extraña, con dos ruedas para el suelo y otras dos en el lomo, como de piedra. Al siseo fuerte contra el filo de la herramienta, le acompañaban unos chorros de chispas. Los mayores nos asustaban diciendo que aquello quemaba. Sería fuego, pero de dónde y cómo salía. El asunto es que aguzaba los filos mientras se adornaba de rojos y música desafinada ante nuestros ojos, el afilador.

Hoy, frente a mi portal, una furgoneta blanca, con el altavoz en flor sobre su cabeza, repetía sin cesar toda clase de labores de amolamiento. El dueño de la voz, quedaba quieto en su asiento. "Es el afilador", me he dicho, "llevará chispitas quién sabe dónde..., era más entretenido cuando iba en moto..., va a ser que me he hecho mayor..., ¿afilará también lenguas?... no bonita, la lengua es el único instrumento que se afila haciendo uso de ella (lo contrario que la tijera)". He subido a casa con ella afilada, sin ornamentos desafinantes, pero con chispa.
Sí, va a ser que me he hecho mayor. Quizás las cosas eran más bonitas en aquellos tiempos o tal vez lo más precioso fuera la manera de mirarlas.



Sumergible.

Este amor.

Contigo
quebranto la pequeña huella del tiempo
la armonía de mí y quebranto la tuya,
gozos, cantinelas, viento,
quebranto luz, tinieblas, la mesura,
los susurros, derribo fortalezas
las lágrimas que son presbiterios,
te quebranto a ti y tú vulneras
mi quebranto con tu huella.
Aquí dentro
la voz ya no es más que un quejido
y paso las horas fragmentando,
mis millones de cachos, hasta hacerme de polvo fino

sólo para entenderme.

Con este deseo por ti
Infrinjo tu piel delicada,
para concebirme de nuevo incumpliendo
cualquier ley,
muda y con sigilo,
en una empatía profunda del alma.

Con este miedo
háblame antes de acometerte
(pídeme que no)
esta fechoría sin retorno
(pídeme que no)
pídeme no hacer lo que el deseo reclama
(sálvame)
sálvame de ti y de mi
(sálvanos)
de quebrantar lo que se ve, lo que hay,
lo que la prudencia resguarda
(te pido)
redímete del amor
que obedece solo a este amor que nunca para
y que transgrede todo.


Sumergible.

9 de marzo de 2009

Respiración.


Al abrir los ojos te he .... no te encuentro.

Sin aire...
Despierto con este puño que apresa el aire antes de llegarme dentro. Muero, porque me falta llenarme y me asfixia el vacío. Me angustia extender la mano y no encontrarte. Me ahogo, desfallezco, me rindo.
Sin luz...
A través de la ventana no se ve nada. En las paredes sólo hay sombras y te busco como esa última gota, en la boca seca...libérame y que me suelten estos demonios que están a punto de hacerse conmigo ...

Vacío...
Dónde estás ahora, por qué no te siento, por qué no sé pensarte aquí, ni sé dibujarte, por qué siento pánico al llegar esta mañana...

Lleno...
He encontrado tus pequeñas cosas en el bolsillo de mi pijama.
He caminado en sueños con tus zapatos rojos.
En ese espejo sólo hay sonrisas tuyas.
Aquí en mi pelo, tus dedos.
Retumba tu voz en esta cabeza que tú siempre
llenas con cosas, como mi bolsillo.
Hoy...
Qué hora es y de qué día. Cómo es que no estás, por qué no recuerdo el momento de tu partida, ni siquiera el beso, ni el adios.
Mañana...
Sé que tengo que levantarme para hacer esto de vivir. Tomarme un café y pensar cómo es que a las nueve sale todo el mundo a la calle, mirarme al espejo sin preguntarme cómo era yo cuando estabas, sonreir para respirar y quejarme si el aire de este invierno, me despeina... pero no como lo hacías tú.
Ahora...
Pero eso será luego, de momento, sólo deseo hablar contigo, conseguir llenar este vacío, el hueco de la cama, borrar sombras y quitarme miedos, sentir tus dedos... llenar mis bolsillos de tus pequeñas cosas y no echarte tanto de menos, para conseguir al menos abrir ese puño que me apresa el aire.



Sumergible.