24 de noviembre de 2006

Luna...


A veces la luna se vuelve caprichosa, veleidosa. Me capea como a un bovino y me vuelve torpe, me inquieta, me arroja terca lejos de mi misma. Digo que es la luna, por echarle la culpa a alguien de este aturdimiento, de esta fatiga. Y así me reconozco títere de los astros, con el título de servidora del movimiento de un cosmos matemático del que me siento una célula. En mi afán por crecer, sospecho que me parado en seco... igual son demasiadas cosas en poco tiempo y necesito canalizar, orientarme. Jamás he hecho nada que no siguiera un rumbo. Ahora, quieta, miro hacia todos los puntos posibles... dónde estoy y qué hago.
A veces la luna galantea con mis alegrías y las vuelve sueños blancos. Su cantinela me apremia y yo que soy ingenua me vuelvo un ser errante. Sé que no acierto. Cuando deambulo, no acierto. Escribo sin ganas, lo mismo que pienso, intentando hacer un boceto que me dé una señal de sabiduría, un punto de impulso, un primer paso sobre esta pausa... Lo hago porque alguien me dijo que escribir lo que se siente es bueno, hasta cuando parece que no se siente nada o cuando no se tiene nada que escribir. Cierto, sin ganas y con este anquilosamiento, han salido de mí estas frases. Una confidencia que cuelgo aquí, aunque solo tenga sentido para quien la escribe. Un pestañeo... un guiño al capote de esa luna vehemente a quien culpo de hacerme vagar en este vacío... como sé de sus antojos, sólo quiero pedirle que me devuelva mis alegrías con todos sus sueños blancos...
Sumergible.

18 de noviembre de 2006

El amor es ciego...



... dice la puerta al abrirse con la llave de la sabiduría...

La mayor parte de las veces es un sutil desprecio, un gesto de desdén, una negación ...

"El amor no se conoce por lo que se exige, sino por lo que ofrece", dijo Benavente ... comparto. Y me gustaría decir que, amando, uno debería siempre saber, sin cegarse, cómo cerrar los ojos...

Por qué no se ven las cosas como son...igual es que en el fondo necesitamos una excusa para parecer locos. Una razón, para perder la razón.

Tal vez al embotellarlo ... con el amor propio, la vanidad, el egoísmo que son los que nos hacen creer que todos esos "vicios" nuestros son virtudes, pierda su capacidad de visión.

Hasta donde me alcanza la mirada, es la única energía que logra cambiar la esencia humana. Pero en esta pésima interpretación estamos, en tan poco respeto, en la manipulación... le propinamos una patada y muy dignos, eso sí, aceptamos con asepsia que el amor es un error. Nada que ver con la fuerza de todas nuestras "virtudes". Culpa de él, culpa de él... eco, eco, eco...

Me niego a ese desprecio. Además hay ciertos comentarios que me parecen pueriles ya.

Es lo más bello, lo más transparente, lo más perfecto y, además, está en todo.

Estoy segura de que tú eres ciega, Tortuga, sólo es eso. No has visto más que la forma. Por cierto, se está riendo, Tortuga! (Escuchad la voz del que desbarra y ahí tendréis la opinión de la mayoría...).

Lo que más "odio" son las sentencias. Lo siento, siempre he sido minoría.

16 de noviembre de 2006

No te muevas!


Mira el pajariiiiitoooo.....

10 de noviembre de 2006

Posible...


A saber... que ponerse a extraer cualquier peso de dentro es como dedicarse a la pesca de eso que duele, poner el cebo, esperar a que pique, arrastrar el hilo a golpe de carrete... tirar con fuerza hasta que sale... y, cuando ocurre, mirar con orgullo y valorar el esfuerzo. Respirar profundo, soltar el lastre, sentir alivio, tranquilidad, satisfacción... levedad.
A saber... que en la desnudez interior no hay mentiras ni farsas, sólo la premura de ser, de existir, la urgencia de tener algo que dar por pequeño que sea... porque la desnudez es inocencia y qué importante es pintar sobre ese lienzo con sumo cuidado.
A saber... qué raramente sabemos algo, casi siempre torpes, limitados y poco bruñidos, aliados a la par con el error y el acierto, amarrados y no libres.. tantas veces letales, lejos de lo verdadero que, es sin duda, más fácil que lo falso... y casi siempre perdidos.
Lanzo mi caña hacia el agua. Sé que siempre hay pesca. Mientras veo mi figura reflejada sobre la corriente que baja a prisa, se me hace raro que todo se va yendo mientras yo estoy inmóvil. Mi desnudez es evidente... ya no sé nada, me alejo de todo, serena ... fría. Soy la caña, el cebo y la pieza.
Abajo el Periscopio.

8 de noviembre de 2006

¡Pero qué rabia!


Sólo quiero escribir una cosa más. Es como una revindicación y me declaro en rebeldía. No me gusta ir al supermercado con mi madre. Siempre me he preguntado por qué ella llena el carro de la compra el doble que yo y paga la mitad. (¿Tendrá algún enchufe con las cajeras?). ¡Qué rabia, jo!
También me reconcome las entrañas que Socorro tenga ventana en todos los autobuses (sean o no de línea) ... ¡y yo no!... ¡Señores! ¡yo también quiero tener una ventana como ella! (¡qué rabia, jolín!)

He dicho.

Como nadie nace sabiendo...


Hablaba yo con una conocida sobre el desarrollo de esas cualidades que no nos son innatas y que, a veces debemos trabajar para conseguir. Yo soy fea (horrible) y ella también (pero menos), sólo nos diferencia una cosa...

- Por qué no me presentas a tus amigas las bonitas?- me dice ella.
- Mujer... es que tú eres tan.. tan tan tan fea...- contesto- ¿No las asustarás, me lo prometes?
- Joer, pero eso nadie lo nota, tengo un gran corazón. (En lo del corazón yo creo que mientes, bellaca).
- Vale. Pero prométeme que no las asustarás- le pido esto encarecidamente.
- .... soy casi tirando a cabrona- me dice. (Ahora sí que estás siendo más sincera...sí)
- Sí, casi... casi como yo, pero sin pedigrí. (yo siempre he sido más cabrona que nadie... estoy hasta condecorada).
- Como tú no, joer, qué dices. (La noto algo molesta con este tono... seré diplomática)
- Digo que yo tengo pedigrí. Soy una fea con pedigrí. ¡Es difícil ser tanto eh! (A veces me da palo tener que presumir tan abiertamente de esto, dejas a la gente acomplejada).
- No, yo pedigrí no, pero fea soy un rato largo.
- Bueno, Mujer, eso sí, fea fea fea... pero ahora lo que te falta para triunfar en este mundo de guapas es sólo eso, tener un poco pedigrí y ser un pelín cabrona.
- Si me dejo llevar por las últimas cabronadas... soy muy bravona... pero, dime... ¿eres cabrona cuando te arrepientes?
-Si te arrepientes eres sólo una cabroncilla con conciencia... serías sólo del montón.
- Vaya.. lo suponía.
- Pero puedes hacer ejercicios... es cuestión de meter unas horas. Es que si, además eres fea como la demoña... mejor que mejor eh! Es como tenerlo todo.
- Pues voy por mal camino, creo que me estoy ablandando..
- Yo creo que es cuestión de practicar mucho... nadie nace sabiendo...

Este es un mundo de guapos. Cuando se es feo hay que desarrollar alguna cualidad que llame más la atención que esa propia belleza distraída que se soporta en forma de losa.

Pero, como decía mi abuela.... "La suerte de la fea.. la guapa la desea" (si además de tener suerte, eres también más mala que la tiña... ya eres espectacular!)

2 de noviembre de 2006

La amistad... qué cosa más bella.


Esto es lo que me han regalado mis amigas. A veces me pregunto si de verdad me quieren o son imaginaciones mías...
Gracias, chicas. He pensado que un detalle tan "delicado", bien merecía un post en el blog.
Tengo suerte con vosotras eh!..... (¿tengo suerte con vosotras? hummmm...).
(Para quien no pille la cosa... son lo ultimísimo en Tuperwares)

1 de noviembre de 2006

La Flor. ("El principito". Antoine de Saint-Exupéry)



"El principito arrancó también, con un poco de melancolía, los brotes de los baobabs. Creía que no iba a volver jamás. Pero todos estos trabajos cotidianos, le parecieron extremadamente agradables esta mañana. Y cuando regó por última vez la flor y se dispuso a ponerla al abrigo de su globo, descubrió que tenía deseos de llorar.
- Adiós - dijo a la flor.
Pero la flor no le contestó. La flor tosió. Pero no de resfrío.
- He sido tonta- le dijo por fin- te pido perdón. Procura ser feliz.
Quedó sorprendido por la ausencia de reproches. Quedó allí desconcertado, con el globo en la mano. No comprendía esa calma de la flor.
- Pero, sí, te quiero- le dijo la flor. No has sabido nada por mi culpa. No tiene importancia. Pero has sido tan tonto como yo. Procura ser feliz... deja el globo en paz. No lo quiero más.
- Pero el viento...
- No estoy tan resfriada como para... El aire fresco de la noche me hará bien, soy una flor.
- Pero los animales...
- Es preciso que soporte dos o tres orugas si quiero conocer las mariposas. ¡ Parece que es tan hermoso!. Si no ¿quién habrá de visitarme?. Tú estarás lejos. En cuando a los animales grandes, no les temo, tengo mis garras. Y mostró ingenuamente sus cuatro espinas.
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-Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¿Y esto no es importante?
.....
Lo tomé en mis brazos y lo mecí diciéndole: "la flor que tú quieres no corre peligro… te dibujaré un bozal para tu cordero y una armadura para la flor…"