30 de mayo de 2007

Cuestión de...


No nos andemos por las ramas. Hay que reconocer que aquí cada uno hace lo que le viene en gana. Que te da por criticar todo lo que hacen los demás esté bien o esté mal, pues eso... dices que tú eres muy sincero/a y que siempre vas de frente, un insultillo por aquí, otro por allá, cuestión de sinceridad. Que te da por marcar continuamente a todo el mundo sabiendo a la perfección que tú lo harías mejor SIEMPRE o que los otros son los que SIEMPRE se equivocan, pues eso, cuestión de ir de frente.

Que jugando al parchís haces trampas, es que en tu casa siempre se juega así. Será de cuestión de aprender nuevas reglas. Esas que nos permitan hacer lo que nos pida el cuerpo. Además, la culpa siempre tiene que ser del otro, en eso consiste todo. Además, y puntualizando, uno actúa así porque otro le ha hecho algo que lo ha provocado, cuestión de consecuencia.

Por ejemplo, aparcar el coche rebotando de parachoques en parachoques... no es que te dé igual causar daños porque tienes prisa o aparcas de pena, es cuestión de que "les den" a esos dos que te han dejado tan poco espacio a ti que sabían que ibas a aparcar ahí. Dales su merecido, pero sin rayar tu pintura. Ahora, eso sí, si les haces algo no les dejes una nota, que luego te quitan la bonificación del seguro.

Ser sincero/a, ir de frente, ser valiente, ajustarse a las reglas caseras, actuar con justicia y conocimiento de causa y ojo por ojo y diente por diente... mmmm qué comportamiento social más goloso... cuestión de gustos.

Amén.

29 de mayo de 2007

Superficial Mejor.


Casi siempre la vida es una bonita reflexión. Un juego de observar y de hilar, de entender y de hacer. Se puede ver lo bueno y lo malo como en un álbum de fotos con el que se esboza la sonrisa o se articula el suspiro. De vez en cuando no se quiere mirar, se cierran los ojos, pero siempre se siente. Con el paso del tiempo se pretende marginar todo aquello que no pareció lo mejor y, casi siempre, se guarda con más ahínco, y por supervivencia, lo que más emociones buenas supuso, aunque también termina siendo un fotograma mental, como todo.

Qué nos llevamos hacia delante más que nuestra facilidad para resolver o las impotencias que arrastramos, nuestro aprendizaje y la soberbia de pretender que ya lo hemos aprendido todo. Pero incluso, en esta creencia, la vida nos sigue sorprendiendo con situaciones nuevas para ponernos en práctica a nosotros mismos. Nos habla, aunque no siempre estemos dispuestos a escuchar o estemos preparados para entender. Pero al final siempre se sigue haciendo algún camino.

No soy partidaria de grandes profundidades vitales, pero sí de un interior, de un pensamiento sincero, propio de cada persona, nada transferible, no equiparable al de los demás. Quiero decir que siento como yo que soy y que mis deducciones sólo son fruto de mi realización personal. Sigo hablando de una vida bonita, no por fácil o difícil, de la oportunidad de vivirla a través de estos sentidos y de este alma que quizás yo tenga.

Entretanto, y con franqueza, deseo seguir siendo superficial y hacerme dueña de todo a mi paso. Todo eso que no desea quedarse en mí, termina no siendo mío. Algunas veces hasta lo pienso, otras me basta respirar y mirar hacia lo lejos para sentirme afortunada.

Sumergible.


8 de mayo de 2007

Que me lo digan a mí....


Este fin de semana me lo he pasado de encierro en casa, con la excepción de una salida que hice el sábado a las ocho y media al supermercado. Me apetecían unos langostinos para cenar y pensé también acompañarlos con algún vinito rico. Aunque los compré, no los cené y, en lugar de vino, compré cervecita.

Me los comí al día siguiente, al medio día... los hice herviditos con un poquito de laurel, como mandan los cánones, pero me suelen gustar más a la plancha...

Pero bueno, a lo que iba... con el agua de los langostinos decidí hervirme un arroz (tipo basmati). Así lo hice y dejé que lentamente se fuera haciendo el arroz, muy lentamente porque lo puse al "uno" en el fuego. Después me pasé la tarde haraganeando, del sofá al sofá y de vez en cuando a la cocina. La verdad es que no se iba el olor a langostino, aunque tuve toda la tarde la ventana del balcón de la cocina abierto de par en par. Qué insistencia de aroma! increíble!. Duraba más de lo normal (yo creo que cada vez olía más).

Después de tres o cuatro horas, no sabría precisarlo, me dí cuenta de que el pucherito del arroz, seguía al "uno" en el fuego. Alguien ha tenido durante cuatro horas un arroz en el fuego?... se convierte en una masa compacta, reseca y el fondo se queda pegado a la cazuela como si formara parte de la aleación de la que está hecha.

A mí se me pasó el arroz, como reza el dicho. Tanto olor y yo ajena. Ahora ya sé qué es eso de que se te pase el "deso". Una experiencia más. Que me lo digan a mí... (un día de estos voy a tener que ver qué se siente cuando "se te seca el perejil", o algo).

Gastronomía a parte, yo seguí haciendo "sofing", porque total, para qué nos vamos a agobiar con todo eso que se "pasa". Tranquilidad.

Sumergible con laurel (y hardy).