7 de noviembre de 2007

Más de esto.




El puente tranquilo, sí. He paseado, andado en bici, he respirado el aire más puro, arrastrado mi culo por peñascos casi en vertical, he bebido del agua que baja helada de la montaña... he vuelto a escuchar el silencio que la naturaleza, sin hombres, contiene como un grandísimo grito, lo que dejamos en el olvido pero debiéramos buscar, porque sana. He descubierto el riachuelo que desliza, casi imperceptible, su cuerpo por un camino. El que brota de los chorros de una fuente de piedra y termina siendo cascada, peinando el musgo de los salientes de una cueva con sus gotas convertidas en perlas, bajo el sol.


Estos son los tesoros de la naturaleza.


Sumergible montañera. (Esa es mi sombra).

2 comentarios:

Joven Eriza dijo...

Me gusta cuando la tierra habla, y aún con todo lo que le hacemos, nos abraza. Es Grande.

Un saludo

Joven Eriza dijo...

Sombra ha salido bastante bien!, un poco oscura...