9 de marzo de 2009

Respiración.


Al abrir los ojos te he .... no te encuentro.

Sin aire...
Despierto con este puño que apresa el aire antes de llegarme dentro. Muero, porque me falta llenarme y me asfixia el vacío. Me angustia extender la mano y no encontrarte. Me ahogo, desfallezco, me rindo.
Sin luz...
A través de la ventana no se ve nada. En las paredes sólo hay sombras y te busco como esa última gota, en la boca seca...libérame y que me suelten estos demonios que están a punto de hacerse conmigo ...

Vacío...
Dónde estás ahora, por qué no te siento, por qué no sé pensarte aquí, ni sé dibujarte, por qué siento pánico al llegar esta mañana...

Lleno...
He encontrado tus pequeñas cosas en el bolsillo de mi pijama.
He caminado en sueños con tus zapatos rojos.
En ese espejo sólo hay sonrisas tuyas.
Aquí en mi pelo, tus dedos.
Retumba tu voz en esta cabeza que tú siempre
llenas con cosas, como mi bolsillo.
Hoy...
Qué hora es y de qué día. Cómo es que no estás, por qué no recuerdo el momento de tu partida, ni siquiera el beso, ni el adios.
Mañana...
Sé que tengo que levantarme para hacer esto de vivir. Tomarme un café y pensar cómo es que a las nueve sale todo el mundo a la calle, mirarme al espejo sin preguntarme cómo era yo cuando estabas, sonreir para respirar y quejarme si el aire de este invierno, me despeina... pero no como lo hacías tú.
Ahora...
Pero eso será luego, de momento, sólo deseo hablar contigo, conseguir llenar este vacío, el hueco de la cama, borrar sombras y quitarme miedos, sentir tus dedos... llenar mis bolsillos de tus pequeñas cosas y no echarte tanto de menos, para conseguir al menos abrir ese puño que me apresa el aire.



Sumergible.

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