16 de abril de 2007

Cerrar los ojos.


Tal vez no entienda las cosas hoy, pero como esta vida no acaba, quizás mañana lo haga. Será el mágico momento de encontrar otro sentido más a esta existencia, el de poder comprender casi sin prisa que todo va llegando, como cuando se tiene sed, se bebe y poco a poco se va nutriendo cada tejido.

¿Quién me espera?... Mirando hacia el horizonte, parece que uno está siempre solo, en este mundo tan grande lleno de emociones tan personales que, ni siquiera hablando de ellas, se hace sentir algo parecido a los demás... Me espero yo. Cada una de mis sístoles refleja la perfección en la que estoy envuelta, hasta eso que no entiendo se vuelve perfecto, porque queda latente hasta que se abre esa puerta... nunca hay nada muerto.

Voy caminando sin pensar en nada. Siento el aire en mi cara y me miro de lejos. Paso a paso voy encontrando respuestas a todo, me basta volverme a lo más simple, a mí. Lo único que me falta es aprender a volar, por eso me agrada cerrar los ojos, sentada en la orilla del mar. Huele a sal y respiro... es la magia. Alimenta como todo eso que no se sabe, como los besos que se darían, como todas las preguntas que hoy no tienen respuesta. Es la Vida y yo yo siempre espero todo de ella.
Sumergible.

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